"Nuevo debate sobre la inteligencia artificial"
Autor: Stephen Graubard
lunes, 19 de octubre de 2009
jueves, 15 de octubre de 2009
El Cerebro Magnético
Lean y comenten esta reflexión sobre McLuhan:
“Se había adaptado a su extensión de si mismo y se habían convertido en un sistema cerrado”[2]. Empiezo citando esta parte del texto de McLuhan, que a su vez lo toma del mito griego de ‘Narciso como Narcosis’, pues a partir de esta frase se desata toda una movida mental por parte de los medios hacia los humanos.
Zombies andantes, ingenuos creyendo que están a la vanguardia cuando la verdad son manipulados intangencialmente por cualquier ente a través de imágenes. Estar a la moda es ser esclavos de el sistema, donde cada vez que nos miramos, sentimos que nuestro cerebro se esta convirtiendo en una caja de metal que cualquiera puede llegar a manejar, dejándonos vulnerables a todo tipo de movimientos.
¿Robots?, si, claro. ¿Por qué dudarlo? ¿Será que no se acepta la idea de que tenemos que estar llevados por contenidos ajenos a nosotros para sentirnos identificados?. El ser humano, o mas bien, el humano (¿de dónde sale la palabra ‘ser’?) es un cuerpo de posibilidades, capacidades de todo tipo, altamente terco y, hoy en día, nada analítico.
Espero que no sea necesario llegar hasta el punto de ver personas caminando, dormidos con las manos hacia adelante para darnos cuenta que poco a poco esos androides de metal de la ciencia ficción terminarán siendo de carne y hueso y eso de la caja de metal vendrá a reemplazar las neuronas, y éstas se transformarán en cables ya programados.
Obvio, como somos personas inconformes, accedemos a cualquier cosa que se modifique o se innove. Y sin investigar ni hacer uso sentido de nuestras mentes caemos fácilmente en lo que los demás (demás= instituciones con dinero y poder) quieren que pensemos.
¿Cómo, a qué horas pasó?, no, no pasó, está pasando. “Con la llegada de la tecnología eléctrica, el hombre extendió, o instaló fuera de sí mismo, un vivo retrato del sistema central”[3], y si esto pasa físicamente, o sea, se puede observar, palpar, tocar y se puede ser mas consiente de esto ya que se nos presenta directamente, el efecto que tienen los medios con las imágenes en la percepción humana es absolutamente caótico, pues ataca directamente al cerebro, para contaminarlo aún más de lo que está, al igual que para hacerlo más ignorante. “La imagen produce un entumecimiento generalizado, o choque, que evita el reconocimiento. La autoamputación previene el reconocimiento de uno mismo”[4]. Esto genera una inferioridad del hombre frente a la máquina. Los medios incorporan el contenido una y otra vez, produciendo una extensión mental de adaptación. Colores, figuras, símbolos, logos, hacen parte de este concierto de control imaginario que crean en el hombre esa necesidad de ver esa imagen una y otra vez, para que se adapte a ella y se comporte como una extensión cerebral. Igual como si el individuo se supiera una canción, la oye y se acuerda inmediatamente de ésta, o va por ahí y de repente la recuerda. Entonces uno se pregunta: ¿hacen todo eso, todas esas estrategias para montar tan sólo una imagen? Claro, ¡ja!, suena gracioso, pero es más profundo y preocupante de lo que parece. Empiezan por el sujeto; el sujeto de la comunidad referencia la imagen, la ve una y otra vez y se adapta a ella, la vuelve rutinaria. Luego el proceso sigue en la sociedad, (parece procedimiento de fábrica… de robots), y en ella mantienen unos susodichos discursos que las personas repetirán, divulgando la palabra divina de las corporaciones, los medios y las propagandas gubernamentales. La gente sólo piensa en incluirse en lo que todo el mundo tiene, por temor a ser distinto en la sociedad y por ende estar alejado de ella, y aquí se produce una dificultad que me baso en McLuhan para explicarla “[…] y es únicamente de este modo, apartándose de toda estructura y medio, que pueden percibirse las líneas de fuerza”[5]. Pero si estamos tan programados en la rutina no lo alcanzamos a percibir. De hecho si existe algo que no se involucra como problema en una persona o más, no se hará nada contra esa fuerza pues no se percibe como peligro, es decir, dentro del contexto ya hay muchos zombies caminando entre nosotros. Sin embargo no todos estamos contagiados con la verdadera gripe porcina, (porque son marranos los que no se han dado cuenta), en cambio, los que no estamos metidos en ese cuento, que al parecer no tendrá fin, y si lo tiene va a ser muy lejos, estamos sumidos en un constante debate cultural.
Exactamente lo que sucede es que el cerebro magnético no respeta ni nación, ni cultura, ni cuerpo, ni mente, lo cual precede a que se están invadiendo las costumbres y el multiculturalismo que se vive hoy en día en las diferentes urbes del mundo, lo que significa. se convertirá en una única cultura, con únicas costumbres, con únicos pensamientos, con las estrategias de imagen que se están dando en la publicidad, para la sociedad consumista (globalización), las propagandas politiqueras que rayan con la pornomiseria para convencer y persuadir mentes y finalmente incluir una sola filosofía de sociedad para que todos seamos androides consumistas, sumergidos en aparatos que nos hagan compiladores de sus sistemas, dejándonos como cuerpos inferiores adheridos a un sistema que cada vez nos enceguecerá aún más de lo que estamos.
McLuhan dice que el medio es el mensaje, porque éste da contenidos que están sobrepuestos en otros medios, y al momento de transmitir “información” (a la que llamaría más ‘desinformación’) llega de una manera reiterada, lo cual ya genera en el espectador cierta cotidianidad de contenidos, haciendo que éste no tenga una reacción hacia los contenidos, volviéndolo inmune a la información, un sinsentido de emociones. De aquí de desprende otra posibilidad de departir las estrategias de imagen- comunicación para atraer y enceguecer a la comunidad. Pero lo más interesante y lo irónico es que, también McLuhan expone que el medio es el masaje, es decir, el que suaviza los contenidos más delicados para que el espectador no sufra un impacto y se hunda aún más en la condición demencial en la que se encuentra. Lo mejor es que se creen actores activos de la sociedad por sólo pertenecer a ella, trabajar y estar dentro del campo comunicativo cultural, pero la verdad es que más que sujetos pasivos son herramientas, un mecanismo que fácilmente puede ser manejada por la ingeniería de la imaginación, calculando y proyectando las ilusiones y pensamientos que otros quieren que éste evoque, para que siga inmiscuyéndose en el juego del cerebro magnético.
Andrés Álvarez Pardo
Diseño Audiovisual
17 de septiembre de 2009
[1] Escrito basado en el texto de Marshall McLuhan ‘Comprender los medios de comunicación. Las extensiones del ser humano’.
[2] McLuhan Marshall. Comprender los medios de comunicación. Las extensiones del ser humano. Pág. 61. Editorial Paidos. España. 1996
[3] McLuhan Marshall. Comprender los medios de comunicación. Las extensiones del ser humano. Pág. 63
Editorial Paidos. España. 1996
[4] McLuhan Marshall. Comprender los medios de comunicación. Las extensiones del ser humano. Pág. 62
Editorial Paidos. España. 1996
[5] McLuhan Marshall. Comprender los medios de comunicación. Las extensiones del ser humano. Pág. 36. Editorial Paidos. España. 1996
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